El Fósforo (P) es uno de los macronutrientes esenciales en la nutrición de los cultivos. Por lo general, no es tan abundante en los suelos como el Nitrógeno y Potasio. Desafortunadamente, la cantidad o concentración total de Fósforo en el suelo, no tiene relación directa con su disponibilidad para las plantas.

Éste nutriente tiende a ser deficiente en la producción agrícola, ya que es muy reactivo químicamente en el suelo y pasa a formar compuestos complejos difícilmente disponibles para la planta, sin embargo, es requerido un buen desarrollo de los cultivos. 

El Fosforo (P), penetra en la planta a través de las capas externas de los pelos radiculares y de la punta de la raíz, su disponibilidad también se favorece, mediante la simbiosis con las micorrizas, que son hongos que crecen en asociación con las raíces de muchos cultivos.

Absorción del Fosforo

Se absorbe por la planta, principalmente como ion ortofosfato primario (H2PO4-), pero también como ion fosfato secundario (HPO4=). La absorción de esta última forma, se incrementa a medida que se sube el pH. Una vez dentro de la raíz, puede quedarse almacenado en esta área o puede ser transportado a las partes superiores de la planta, a través de varias reacciones químicas. Este elemento se incorpora a compuestos orgánicos como ácidos nucleicos (ADN y ARN), fosfoproteínas, fosfolípidos, enzimas y compuestos fosfatados ricos en energía como la adenosina trifosfato (ATF). Por otro lado, El Fosforo juega un papel vital en todos los procesos que requieren transferencia de energía en la planta. Los fosfatos de alta energía, que son parte de la estructura química de la adenosina difosfato (ADF) y de la ATF, son la fuente de energía que empuja una multitud de reacciones químicas dentro de la planta. La transferencia de los fosfatos de alta energía del ADF y ATF, a otras moléculas (proceso denominado fosforilación), desencadena y promueve múltiples desarrollos fisiológicos esenciales para la planta.

Importancia

El Fosforo (P), es un componente vital de las substancias que forman los genes y cromosomas. Es parte esencial de los procesos que transfieren el código genético de una generación a la siguiente, proveyendo el mapa genético para todos los aspectos de crecimiento y reproducción de la planta.

Una gran cantidad de (P) se acumula en las semillas y en el fruto, donde es esencial para su formación y desarrollo. El Fosforo (P) también es parte de la fitina, principal forma de almacenamiento en la semilla. Ésta conforma alrededor del 50% del (P) total en las semillas de las leguminosas y del 60 al 70%, en los cereales. Un mal suplemento de este nutriente puede reducir el tamaño, número y viabilidad de las semillas.

Otros efectos de la deficiencia de (P) en la planta, incluyen el retraso de la madurez, mala calidad de forrajes, frutas, hortalizas y granos, así como una reducción de la resistencia de la planta

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La tendencia ha sido la aplicación de formas más solubles de Fosforo (P), dada su alta reacción y fijación en el suelo. Igualmente, es importante conocer las necesidades nutricionales de cada cultivo y su absorción por etapas de crecimiento. Esto ayudaría precisar los volúmenes y tiempos de aplicación, en momentos cuando los cultivos más lo necesiten. Cabe destacar que los requerimientos nutricionales de los cultivos pueden variar de acuerdo al nivel de productividad deseado y las condiciones agroclimáticas. 

Varios ejemplos, caso Maíz (ver Fig. 2, 3, 4 y 5).  

Autor: Guillermo Mayorga
Director Comercial
Agromarketing

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